La fuente del Pulpejo. Un prisma hexagonal de mampostería a modo de monolito, con una espita en cada cara, de las cuales, sólo dos o tres abastecían de agua potable a muchas familias. Lo mismo que las antiguas pipas de agua, que recorrían las calles vendiendo a perra gorda el cántaro de agua.
La zona se contempla mucho más diáfana que ahora y sólo alcanzamos a ver una aislada construcción. La fuente conserva los pontones de piedras y sus cadenas enlazadas que limitaban el espacio público.
El arbolado de hoja caduca y perenne también ayuda a señalar la zona de abastecimiento, a la que vemos llegar una mujer con un cántaro a paso abierto y una moza se deja fotografiar con un cántaro más pequeño sobre la cintura; más exactamente sobre el «cuadril», como decimos aquí.
Textos: D. José Manuel Camacho Cintado
Foto coloreada: Rafael Navarrete.