Esquina de la calle Corredera con Felipe Ramírez. «La esquina de Pedro Bueno»; lugar ideal para pasar horas y siendo visto.
Las sillas y los veladores están en la calle, lo que pronostica tiempo de primavera o de verano, igual que las camisillas de los niños y las blusas claras de algunos mayores. El puestecillo ambulante no es ninguno de los dos que siempre se apostaban en este lugar ( el de Manolillo y el de Josefina), y más bien parece el de un turrunero por sus robustas ruedas, por lo que bien podríamos estar en fiestas de la Magdalena.
El poste encalado apoya esta última observación.
Al fondo: la puerta de la barbería de un forofo aficionado al fútbol y la farmacia de Pedregal. Colgada de la pared una cartelera de cine, casi seguro del cine de Peña.
La imagen que se muestra abajo es una de las últimas que se conservan de la famosa esquina de la familia Bueno, antes de ser derrumbada en los años noventa.