A principios del siglo pasado existieron en Arahal una extensa variedad de casinos, todos de vida efímera, como lo fueron el Casino Artístico e Industrial, el Casino Liberal, el Casino Mercantil Arahalense, el Centro Arahalense, la Casineta de los Reina, la Casineta de los Zayas, el Casino Agrícola, La Filarmónica, el Casino Republicano de la calle Madre de Dios, el Casino Republicano de la Plaza de la Corredera, el Centro de Acción Popular en la calle Veracruz, Los Padres de Familia y entre los más antiguos se encontraba también el Círculo Conservador.
El Círculo Conservador era un centro de recreo compuesto por correligionarios conservadores de Arahal y más que una agrupación ideológica, era como una tertulia de amigos, donde la distinción más refinada imperaba y en la que de lo que menos se hablaba era de política.
En una revista de Turismo de Arahal, editada en el año 1922, aparece una extensa reseña donde nos habla de este aristocrático centro, transcribo: Nuestro atento amigo D. Javier Torres Piñar, Presidente de este aristocrático centro, nos concedió unas horas de charla en el pequeño y popular casino, donde juntamente con otros señores socios fuímos festejadísimos.
Su régimen económico es originalísimo, pues no existe directiva y sí solamente un Presidente, ya que alguien ha de estar encargado de su dirección, persona que como muy donosamente nos dijo nuestro amigo el Sr, Torres, ejerce una «dictadura familiar» entre los consocios y lleva a su cargo cuanto se relaciona con el funcionamiento social.
El local es propiedad del jefe local de los conservadores D. José Benjumea Zayas, quien lo cede gratuítamente, y con la cotización mensual de los socios, por cierto muy reducida, se atiende a los gastos sociales.
Esta sociedad instala en la feria ( fotos adjuntas en las dos entradas), una artística caseta, a la que sin cuota extraordinaria asisten las familias de sus socios y cuantas personas lo desean, pudiendo decirse que es la caseta popular de Arahal.
Un confort exquisito y un ambiente familiar reina en la «Casineta», como cariñosamente se le llama y lo más escogido de la población lo frecuenta a todas horas, atendida por el correctísimo caballero Sr. Torres Piñar, que ha sido uno de nuestros más eficaces colaboradores en la preparación de esta revista de turismo.
Documentación: Archivo familiar D. Antonio Nieto Vega