En la foto superior, de izquierda a derecha vemos a la propietaria Dª. Antonia Domínguez, Dª. Angelita, D. Antonio Velasco y a Dª. Manolichi, todos trabajadores de la casa. Fotografía tomada sobre los años 40.
La Fama era un local pequeño, oscuro y con un aspecto más de almacén que de tienda. Cuando se entraba se detectaba un conjunto de aromas mezclados que le caracterizaba.
En La Fama de la calle Cervantes podías encontrar todo lo que imaginases, desde artículos de librería, hasta artículos de peletería, pasando por botones, colonias,medias, abanicos, cadenas,etc…Todas las navidades era habitual inundar la tienda, incluso el zanjuán de la casa, con artículos navideños, belenes, árboles de navidad, adornos etc…, lo mismo que en Semana Santa, que toda la tienda estaba abarrotada de capirotes para los nazarenos.
Era costumbre «pedir la vez» cuando se accedía, para establecer un turno de espera, debido a que no solía haber una cola, físicamente establecida, y el turno se solicitaba a los clientes que esperaban con la típica frase: ¿Quién es el último-a?, la persona afectada respondía y el que entraba se quedaba ahora atento a la llegada del siguiente cliente. Hoy en día esta tradición aún se conserva en algunos establecimientos de pueblos, pero poco a poco se está perdiendo.
En la foto inferior vemos un curioso detalle, de como antiguamente se cosían las carreras de las medias estropeadas. Por suerte o por desgracia en esos tiempos se miraba por lo más mínimo, hoy en día el hombre es rico en proporción a las cosas que puede desechar.