Por Rafael Martín Humanes
“Cuando el tren se detiene en la estación de Arahal, la primera visión que capta el viajero que desciende, es el gran complejo industrial de la factoría algodonera, que habla de un marcado progreso y riqueza local. Luego, si torna un poco su mirada hacia la izquierda, se sorprenderá ante la enorme mancha gris que, a manera de un monstruo informe, se extiende sobre la superficie irregular. Este suburbio infraurbano, conocido como “El Faro”, se alza como resto de un aguafuerte de miseria llamada a extinguirse, un amplio núcleo de chabolas formadas por chozones de varetas y pastos secos, entre los que se asoma la blancura de su encaladao….”
De esta manera comenzaba la crónica sobre Arahal titulada “El Faro y La Construcción de 150 Viviendas” de Antonio Jiménez para el periódico ABC de Sevilla, el jueves 26 de marzo de 1964. Esta marginal estampa se ve corroborada con la documentación que aparece en los Censos de Población y Edificios de El Arahal (año de 1950) en donde en la división zonal que se hace del pueblo, podemos distinguir al “Barrio Fatiga” (actual calle Sta. Mª Magdalena), “El Faro” y “El Arache”, que según estos censos se trataban de unas zonas en el extrarradio de la localidad, compuestas de chozones y casas de adobe. Ante esta degradación de las condiciones socioeconómicas de una gran parte de la población en nuestra localidad, un grupo de personas encabezadas por el Rvdo. Cura Párroco de Sta. Mª Magdalena D. Juan Romero Domínguez, como Presidente, acudieron a la llamada evangélica de caridad cristiana para socorrer las necesidades y sufrimientos del prójimo, por lo que imbuidos de este espíritu misericordioso decidieron conformar La Junta del Patronato Benéfico de Sta. Mª Magdalena, en la década de los años 50 (aunque el primer acta que se conserva es de 9 de febrero de 1962). Además del Rvdo. Cura Párroco, la conformaban entre otras personas el Excmo. Señor Alcalde, D. Gabriel Mengíbar Ruiz, como vicepresidente, el Secretario del Ayuntamiento, D. Federico Aguirre Prieto y nueve vocales entre los cuales encontramos a personajes de relevancia de nuestra localidad, como Dña. Dolores Zayas Arias de Reina, D. Julio Beachy Arias de Reina, D José Soriano Crespo o D. Federico Aranda Saborido entre otros, quienes eran sustituidos por motivos de defunción o por haber cambiado de residencia.
En este primer acta queda claramente definido cuál era el fin de esta piadosa institución, consistente en la adquisición de una serie de terrenos, comprados a particulares (5000 metros cuadrados a D. Antonio Márquez Pastor, 4500 metros cuadrados a D. Manuel Oliveros Palacios, 1915 metros cuadrados a Dña. María de los Dolores Cordero Arias de Reina y 5086 metros cuadrados a D. Manuel Rubio Pérez y a José Mª Bonilla Rubio) con una superficie total de 16801 metros cuadrados, enclavados en la zona de El Ruedo y el lugar conocido por Camino de San Antonio. Estos terrenos fueron adquiridos por el Patronato a tal efecto, con escrituras públicas números 543, 557, 558 y 565 con fecha de veintiséis de marzo de 1962, (excepto la primera con fecha de veinte de marzo de 1962). El objetivo era ubicar en ellos la edificación de ciento dieciocho viviendas subvencionadas y cuatro locales comerciales, para paliar en la medida de lo posible las malas condiciones habitacionales en la que se encontraban los propietarios de los abundantes chozones que existían en la localidad, designándose como promotor a D. Gabriel Mengíbar Ruiz.
Para llevar a cabo la edificación, el Patronato hubo de pronunciarse (acta de 24 de octubre de 1963) sobre la forma para contratar las obras de construcción de las viviendas, fijándose efectuar por gestión directa y no por subasta pública como propuso el señor secretario. De esta manera, una vez decidido la forma de edificación se acordó por unanimidad designar Arquitecto Director de estas obras a D. Rafael Arévalo García. Así con gran premura, las obras comenzaron el domingo 27 de octubre de 1963, para lo cual como primer acto se fijó la bendición de las mismas a las 12h., invitándose a tal ceremonia religiosa a D. Antonio Franco Garrido, ya que fue el primer presidente de esta entidad allá por los años cincuenta.
El estado económico del Patronato reflejado en su segundo acta de reunión (24 de octubre de 1963), era de cuatrocientas cuarenta y un mil trescientas pesetas con noventa y tres céntimos, recibidos éstos de ingresos de todo tipo, siendo insuficientes para poder llevar a cabo este solidario proyecto.
Con objeto de sufragar este ingente gasto se decidió llevar a cabo una venta de papeletas para una rifa, para la cual D. Gabriel Mengíbar Ruiz, vicepresidente y promotor, designaba a dos personas, de reconocida reputación, para su venta. Estas dos personas fueron D. José Núñez Baladrón y D. Ángel Quirós Rodríguez. Para poder llevarla a cabo se pidió la autorización preceptiva para poder efectuar la rifa en combinación con la Lotería Nacional. Como primer premio se establecía un coche de la marca Renault modelo Ondine, matriculado a nombre del Patronato, un segundo premio consistente en un frigorífico marca Kelvinator y un tercer premio consistente en un televisor Pye modelo X/9 de 19 “.
Es reseñable como este Patronato Benéfico de Sta. Mª Magdalena se vio huérfano de su vicepresidente y promotor D. Gabriel Mengíbar Ruiz, quién falleció trágicamente en accidente de tráfico el 10 de diciembre de 1963, irreparable pérdida ya que había llevado una ingente y meritoria labor en pro de esta loable institución. A pesar de ello con la mayor celeridad posible (12 de diciembre de 1963) esta organización convocó una junta extraordinaria en donde se nombró como promotor del Patronato Benéfico Sta. Mª Magdalena a D. Enrique Arias de Reina Jiménez. Ello provocó un considerable retardo en el desarrollo de este proyecto, ya que se estimó oportuno pedir un año de prórroga al Instituto Nacional de la Vivienda para las edificaciones que se estaban ejecutando.
A pesar de las continuas donaciones de particulares y de los actos benéficos que realizaba dicha corporación para sufragar este venerable proyecto, no eran suficientes, siendo el estado de cuentas a fecha de 1963, de doscientas cincuenta y ocho mil con cuarenta y siete pesetas con ochenta y dos céntimos. Es por ello por lo que el Sr. Presidente, el Rvdo. Cura Párroco D. Juan Romero Domínguez, propuso a la junta solicitar un préstamo al Banco Hipotecario de España, por la cantidad de dos millones quinientas veinte mil pesetas, amortizables en quince años, al 4,5% de interés anual, hipotecando las fincas urbanas recientemente adquiridas por dicha entidad, solicitud que fue aprobada por unanimidad. Este préstamo hipotecario se ampliaría un año más tarde, en la cantidad de seiscientas diez mil pesetas. A ello habría que unir la cantidad de tres millones setecientas cincuenta mil pesetas, que según el promotor D. Enrique Arias de Reina Jiménez, era necesaria para poder atender a las obras iniciadas y ponerse en condiciones técnicas y legales para percibir oficialmente las cantidades limanantes del préstamo hipotecario anteriormente citado, ya que las subvenciones estatales para este tipo de construcciones se habían retrasado. Este último crédito se pediría al Banco Español de Crédito, teniendo una duración anual, al 6,5% de interés y se iría sufragando con las subvenciones a fondo perdido y como anticipo reintegrable que el estado, el Ministerio de la Vivienda, concedía para este tipo de viviendas. Con respecto a este último crédito bancario todos los miembros de dicho Patronato Benéfico de Sta. Mª Magdalena asumían la responsabilidad mancomunada y solidaria de esta operación ante la citada entidad bancaria. Esta última solicitud fue también aprobada por unanimidad. También es de destacar que este crédito bancario no pudo pagarse en tiempo y forma, por lo que se llevó a cabo la tramitación para la ampliación del préstamo por vigencia de al menos otro año o su renovación por otro nuevo en las mismas características y condiciones del primitivo acordado.
Todo esto hacía que se ampliaran los plazos y fraccionamiento para la terminación de las obras de edificación de las viviendas, por ser absolutamente imposible terminarlas dentro del plazo inicial establecido, hecho que comunicaron al Instituto Nacional de la Vivienda, al que también solicitaron el fraccionamiento de las obras, en el sentido de hacerlas en tres etapas:
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La primera comprendería 54 viviendas.
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La segunda comprendería 36 viviendas.
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La tercera comprendería el resto de viviendas y los cuatro locales comerciales.
La primera fase se finalizó en el año de 1964, por lo que reunida la junta del Patronato Benéfico de Sta. Mª Magdalena acordó pasar a la distribución y adjudicación de las mismas. Dicho trámite se efectuaría teniendo en cuenta las fechas de las solicitudes, comenzando por las más antiguas. Por lo que se refiere a las rentas que gravarían estas viviendas se fijaron unas rentas provisionales, que tendrían vigencia hasta la finalización de las obras, ya que sólo de esta manera se podría calcular con exactitud el costo total, y a partir de ahí se fijarían las definitivas rentas.
A pesar de ello, las viviendas no pudieron ser entregadas como era intención, ya que todavía no se había obtenido la calificación definitiva de la viviendas por parte del Instituto Nacional de la Vivienda de que ya estaban terminadas, y al no obtener tal calificación no se podían hacer efectivas las subvenciones que el Ministerio de la Vivienda concede. La situación económica del Patronato Benéfico Sta. Mª Magdalena era muy precaria, hasta el extremo que de no efectuarse una operación de crédito, se estaba abocado a la paralización de los trabajos, dejando a bastantes obreros en paro forzoso, hecho que en aquellos momentos revestiría un carácter extremadamente grave, porque si ya de por si el paro obrero era bastante sensible en la localidad, esto lo incrementaría con las consiguientes y funestas consecuencias sociales. Ante tal tesitura, en mayo de 1965, se plantearon dos posibles salidas; una sería la paralización de las obras, y otra efectuar ,bajo la responsabilidad de los miembros de esta asociación, una operación de crédito para negociar con el Banco Español de Crédito, más concretamente una letra de cambio a noventa días por importe de quinientas mil pesetas. Finalmente para evitar agravar aún más la maltrecha situación económica de dicha corporación D. José María Torres Cordero, vocal de esta institución, decidió de motu propio librar dicha cantidad a este patronato, mediante una letra de cambio, con vencimiento en noventa días pedida al Banco Español de Crédito.
Es a partir de 1965 cuando se inicia la adjudicación definitiva de dichas viviendas y locales comerciales, cuyas condiciones económicas son modificadas ya que debido a la mala situación de los beneficiarios, era imposible que pudiesen pagar la letra inicial, rebajando ésta. También se produjo una reducción de la renta que cada uno de los beneficiarios debía de abonar mensualmente.
Este proceso de adjudicación definitiva de las viviendas de la Barriada Sta. Mª Magdalena se fue llevando a cabo entre abril de 1965 y julio de 1979, año en el que finalizó este proceso con la entrega de escritura pública a los inquilinos de estas 118 viviendas y 4 locales comerciales de renta limitada, los cuales fueron cubiertos en su totalidad.
Entre finales de la década de los años 60 y comienzo de los años 70 podemos observar como se produjo una renovación en los cargos principales y secundarios de este Patronato. Por lo que se refiere a la presidencia, ésta fue ocupada por el nuevo Rvdo. Cura Párroco de Sta. Mª Magdalena D. Bartolomé Alcántara Miranda, como Vicepresidente D. Alfredo Cortés Camacho, Excmo. Señor Alcalde (que posteriormente sería sustituido por D. Manuel Herrera Blanco) y como vocales D. Romualdo Jiménez Almagro, D. Teodoro Pérez de Paz, D. Francisco Pastor Jiménez Mena o D. Francisco Revilla Marrón entre otros.
Gracias a las actas de esta asociación podemos conocer cual fue el montante total de este loable proyecto, cifrado en catorce millones cuatrocientas cuatro mil setecientas dieciséis pesetas con treinta céntimos, que procedían de:
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Costes directos de la construcción de las 118 vivienda—12035600 pesetas.
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Pagos totales por intereses líquidos devengados —1479648 pesetas.
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Intereses a devengar hasta la total liquidación del día 30 de junio de 1979 —889468, 3º pesetas.
Además en el acta de la sesión celebrada el 10 de abril de 1972 se detalla además el pasivo y el activo de esta institución. Por lo que se refiere al pasivo, en esos momentos era de cuatro millones cuatrocientos cincuenta y cuatro mil quinientas cuarenta y tres pesetas procedentes de:
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Saldo de préstamo concertado con Banesto —1300000 pesetas
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Intereses a devengar hasta el 30-06-1979 —–411411,52 pesetas
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Saldo de préstamo con Banco Hipotecario de España—-859735,10 pesetas.
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Saldo deudor en la cuenta corriente de Banesto 88736,48 pesetas.
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Capital privativo del Patronato.
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Donativos de labradores y otros —584454,90 pesetas.
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Beneficios obtenidos por rifa Renault—131235 pesetas.
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Donativo de cooperativa local del campo—-44000 pesetas.
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Cobrado por alquiler de casas—35000 pesetas.
Por lo que se refiere al activo, en esos momentos era de cuatro millones cuatrocientos cincuenta y cuatro mil quinientas cuarenta y tres pesetas procedentes de:
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Pendiente de cobro por rentas de usuarios—37490 pesetas.
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Valor total de adjudicación de viviendas (4404716,30 pesetas), a lo que hay que restarle la deducción de 3000 pesetas por vivienda por cesión a favor de los usuarios de la subvención del Ministerio (3540000 pesetas)—10864716,30 pesetas.
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Deducción de cantidades entregadas a cuenta por los respectivos usuarios— 6447633,30 pesetas.
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Saldo a favor del Patronato en dicha fecha, amortizable en cuotas mensuales hasta el 30-06-1979—- 4417083 pesetas.
Una vez concluida la entrega, mediante escritura pública, de estas 118 viviendas y 4 locales comerciales de renta limitada, en el mes de julio de 1979, y saldadas las deudas contraídas con las entidades bancarias, este Patronato Benéfico de Sta. Mª Magdalena desapareció, cerrando así un breve periplo iniciado en la década de los años 50, distinguido por la caridad cristiana hacia el prójimo. Vaya desde este artículo mi especial homenaje a todas aquellas personas, que de una u otra manera contribuyeron a hacer posible este proyecto social, y en especial a D. Gabriel Mengíbar Ruiz, gran impulsor, al que la muerte le arrebató la posibilidad de ver convertido este efímero propósito en una realidad tangible.
Bibliografía:
Archivo Municipal de Arahal
1.- Censo de Población y Edificios de El Arahal, año de 1950. Archivo Municipal.
2.- Expedientes de Beneficencia y Asistencia Social
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Adjudicación de Viviendas.
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Patronato de Sta. Mª Magdalena.