Tiempos de la Segunda República. El primero de la izquierda pudiera ser Guerrero el Alguacil del Ayto., el de la vara pudiera ser D. Cristóbal, Secretario del Ayto., D. Manuel Fernández Guerra, D. Francisco Antequera Caballero, con la vara y bigote D. Ramón González y González, Alcalde, el Sr. de la mascota en la mano, está como Delegado del Gobernador Civil de Sevilla, D. Manuel Asensi Maestre la Sra. con la Bandera Dª Isabel Saborido Mena, el Comandante de la Guardia Civil, D. Santiago Garrigó, representante del Cuerpo en la entrega, el de la vara D. Guillermo Almagro Aguilar, Juez de Paz, el Cura pudiera ser D. Antonio Ramos Ramos y el Capitán de la Guardia Civil, representante como el Comandante.En la 2ª fila detrás de D. Cristóbal, D. Antonio Arias de Reina, la Sra. primera de la izquierda es Dª Carmen Rivas Trigueros, a continuación Dª Encarnación Mena Gallego, después Dª Josefa Peña González, a su izquierda la hermana de los Cano Guerrero, detrás el primero sin corbata es el Sr. Bermúdez Ramírez de la familia de «los «Lorenzo», el que está delante con la chaqueta y corbata clara es D. Manuel Castillo González, el que está por detrás que sólo se le ve la cabeza D. Antonio Montero Brenes, el de la izquierda con la chaqueta negra y con canas es el Sr. Lorca, a su izquierda D. Manuel Nieto Herrera, el alto de negro era uno de los Camachos, justo detrás D. Manuel Vega Montilla y a su derecha D. Germán Lobato González.
Corre la mañana del 22 de julio de 1935, Arahal está celebrando sus fiestas de la Magdalena.
La Feria de Arahal tiene un alma: don Manuel Troncoso Vasco, teniente de alcalde y presidente de la comisión de Festejos.
Este ambiente de Feria, de regocijo popular, lo ha elegido el Ayuntamiento para llevar a cabo una loable iniciativa de nuestro activo e inteligente corresponsal, don José Aranda Guerrero; la de regalar una bandera a la Guardia Civil, como tributo obligado y prenda de agradecimiento al Cuerpo ilustre, que en cada hora vela por el orden y por la Patria.
El acto se celebra en la plaza del pueblo, a la caída de la tarde. La gente se apiña por gozar de la emoción de la ceremonia. En los balcones hay colgaduras e iluminación.
En el centro de la plaza se ha levantado una tribuna para el acto. A los acordes del Himno de Riego, la Guardia Civil presenta armas.
Suben a la tribuna, portando la bandera, la bellísima madrina, señorita Isabel Saborido Mena, y las señoritas Encarnita Mena Gallego, Dolores Solís Blanco, Paquita Cano Guerrero y María Teresa Pineda Domínguez .
Seguidamente el gobernador civil, D. Manuel Asensi Maestre, presidente de la Diputación, D. José Prieto Carreño; alcalde de Arahal, D. Ramón González González, delegado de Festejos, D. Manuel Troncoso Vasco; corresponsal de ABC, don José Aranda Guerrero, a cuya iniciativa se debe el acto, y otras personas.
Para recibir la bandera sube a la tribuna el comandante de la Guardia Civil, D. Santiago Garrigó,
Acto seguido la señorita madrina lee la siguiente cuartilla:
“Señor jefe de la Guardia civil, honda emoción embarga mi espíritu, desde que por la benevolencia de la Comisión organizadora de este homenaje fui designada para ofrendar esta preciada insignia que la generosidad y el entusiasmo de las clases más diversas de esta ciudad dedican a la fuerza de la Guardia civil.
No obstante la natural turbación que este solemne acto me produce, quiero hacer constar como pueda la intensa satisfacción que el honroso encargo me causa. Nada más justo y equitativo que este homenaje, sencillo en apariencia, pero grandioso en el fondo, a las celosas, activas y leales fuerzas de la Benemérica, que, confraternizando con el pueblo, y atentas a sus desvelos y a sus preocupaciones generales, evitaron en muchas ocasiones grandes males, devolviendo la paz a los inquietos espíritus.
Sírvases, pues, señor jefe de la Guardia Civil, señor comandante de este puesto, recibir amorosamente esta bandera, en cuyos bordados va tejido, con la suave seda que fluye del corazón de la mujer española, el maravilloso escudo que simboliza el agradecimiento de un pueblo y la admiración más rendida de sus habitantes.
Noble pueblo de Arahal:¡Viva el benemérito Instituto de la Guardia Civil!”
El público contestó con entusiasmo. Seguidamente el comandante Garrigó pronunció un breve y elocuente discurso. Elogia la belleza de la madrina, representativa de la mujer andaluza; agradece la donación del Ayuntamiento y fuerzas vivas del pueblo, exalta el sentimiento de la Patria, que ha congragado en la Plaza a personas de todas las clases y jerarquías y se dirige a las fuerzas de la Guardia Civil, para que abracen la bandera y sepan morir por el cumplimiento del deber y por agradecimiento al pueblo de Arahal. Saluda a las autoridades, que con su presencia han realzado el acto, y termina con vivas a España, a la República y al pueblo de Arahal.
El comandante fue muy aplaudido y felicitado.
Desde la plaza del pueblo, la comitiva, entre el entusiasmo del público, se dirigió al cuartel de la Guardia Civil, donde se izó la bandera, entre aclamaciones.
Poco después el Ayuntamiento obsequió a los invitados con un espléndido lunch, en los salones del Casino Universal, cuyo presidente D. Enrique Lorca Rivero, tan brillantemente ha cooperado al éxito del acto.
Dicho día fue también objeto de portada en el diario «La Unión», donde aparece otra instantánea diferente a la conocida en que la madrina y acompañantes se fotografían en el jardín de la casa del farmacéutico de la calle Felipe Ramírez antes de partir hacia la ceremonia.
El acto, lucidísimo y avalado con la concurrencia en masa del pueblo.
Justamente un año después de la realización de la fotografía, perdería la vida en los graves sucesos ocurridos en los calabozos(Ver Art.Guerra Civil), don José Camacho Bernabeu, y resultaría gravemente herido el párroco don Antonio Ramos.